LOMLOE: cómo el aprendizaje por proyectos transformará la formación

El pasado mes de diciembre se aprobó la LOMLOE. Esta enésima reforma educativa pretende mejorar  la calidad del sistema español y adaptarlo a los nuevos retos de la sociedad.

Para conseguirlo,  flexibiliza los programas educativos y, en lugar de poner el foco en el temario y en la memorización,  lo hace en los alumnos y en el aprendizaje colectivo y orgánico.

La nueva ley educativa y el aprendizaje basado en proyectos

Compara la transformación que ha tenido la sociedad con la del sistema educativo, te sorprenderás  al darte cuenta de que el mundo y la forma de hacer las cosas han cambiado radicalmente. En  cambio, la forma en la que tenemos de preparar a nuestros estudiantes para la vida adulta apenas lo  ha hecho desde la revolución industrial.

La nueva ley educativa pretende que, en lugar de preparar a los estudiantes para competir, se les  proporcionen los recursos que necesitan para vivir mejor. Para ello, en lugar de memorizar temarios,  se aboga por un aprendizaje competencial.

De esta manera, cuando los alumnos vayan al colegio,  verán cómo la carga lectiva se orienta hacia el ABP (aprendizaje basado en proyectos). De esta forma, en vez de tener que escuchar lo que dice el profesor y memorizar los textos de los  libros, tendrán que trabajar con sus compañeros de clase y desarrollar ellos mismos los temas.

Esto  permite que no solo se evalúen las habilidades tradicionales, también otras como la creatividad, la  tolerancia a la frustración y al estrés o la capacidad de colaborar con el resto de compañeros.

Beneficios de las metodologías activas para profesores y alumnos

Cuando consultamos las tasas de fracaso escolar en España, parece evidente que algo no termina de  funcionar. Un 30 % de los alumnos repite curso al menos una vez en su vida y el 16 % no termina la  educación secundaria. Por otra parte, si examinas el tipo de habilidades que los niños desarrollan  durante este periodo, el abanico está limitado a solo unas pocas dimensiones.

El primer beneficio de las metodologías activas para los estudiantes es precisamente el aprendizaje  orgánico y basado en sus aptitudes individuales. No solo sentirán menos frustración al estudiar. Por  norma general, en este tipo de entornos, es el grupo el que marca el ritmo de estudio. Esto implica en  una reducción de la sobrecarga de los currículos que, a su vez, facilita la motivación y el propio  interés del alumno por aprender. 

Si eres profesor, también vas a poder beneficiarte de un ambiente más relajado a la hora de enseñar.  Tu papel dejará de ser el de una figura de autoridad para convertirte en alguien que acompaña  durante el desarrollo. En lugar de estar pendiente de los objetivos, tu labor pasará a ser la de un  observador que proporciona los recursos necesarios para el desarrollo del alumnado.

El papel de las instituciones y profesorado en la innovación educativa

En su afán flexibilizador, la legislación deja la puerta abierta a la forma en la que se implementa esta  apuesta por la innovación educativa en cada centro. Por eso es importante que las comunidades  autónomas, los centros educativos y los propios profesores se impliquen en este proceso  transformador.

Los proyectos transversales, por ejemplo, requieren de la colaboración entre los profesores de  distintas disciplinas. Si este es tu caso, es importante que aprendas a trabajar con los instructores de  otras materias y crees con ellos un plan conjunto. Por ello, es importante determinar cómo se van a  llevar a cabo y a evaluar los trabajos de cada grupo de alumnos.

Tanto el centro educativo como tú, tendréis que vencer el temor a la pérdida de autoridad. Recurrir al  liderazgo para superar los problemas de disciplina requiere implicación y compromiso por todas las  partes. Esta implicación también será fundamental para la formación continua necesaria. Como los temas y contenidos evolucionarán de manera orgánica, deberás mantenerte al día y participar en  cursos y otros módulos formativos.

Las ventajas del aprendizaje basado en proyectos

Teniendo en cuenta todo lo que hemos visto, podemos concluir que el ABP facilita la integración de  conocimientos de forma orgánica. En lugar de estar centrado en la repetición y la memorización,  pretende ayudar a aprender a través de la experiencia. A través del esfuerzo y la investigación, la  LOMLOE ayuda a que los alumnos sean capaces de aprender y relacionar conceptos.

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