Hasta hace no tanto tiempo, el único modelo educativo al que podíamos acceder era al de la enseñanza presencial.
Sin embargo, con el paso del tiempo y con la implantación de las nuevas tecnologías, empezaron a aparecer otros nuevos: el 100 % online y el híbrido. Pero ¿cuál es mejor? Te lo contamos a continuación.
El modelo de enseñanza presencial
El tradicional. Se trata de un modelo educativo que se basa en la presencia del alumno y el profesor en el mismo espacio, es decir, en un aula. Su ventaja principal es la de favorecer un trato muy cercano entre el docente y el estudiante. Además, fomenta la disciplina y permite socializar más fácilmente. Algo que resulta muy útil tanto en el ámbito académico como en el profesional.
Sin embargo, también tiene algunos inconvenientes. Por ejemplo, la enseñanza presencial está sujeta a horarios bastante rígidos y, por lo general, tiene un coste bastante elevado, ya que requiere del mantenimiento de infraestructuras y de acometer desplazamientos.
La enseñanza virtual 100 % en línea
Es el polo opuesto. Este sistema ha cobrado especial relevancia a lo largo de los últimos años por ofrecer una gran flexibilidad al alumnado, que puede compaginar su formación con otras tareas (trabajo, cuidado de los hijos, etc.).
En este caso, las lecciones se imparten en exclusiva mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Hacemos referencia, por ejemplo, a las videoconferencias, los blogs, los formularios en línea o los documentos compartidos en la nube.
Evidentemente, las posibilidades de socializar que ofrece son reducidas. Asimismo, exige una mayor constancia y fuerza de voluntad por parte del alumno. Eso sí, es un tipo de formación más barata.
El modelo híbrido en la educación
Cómo has podido comprobar, los dos tipos de enseñanza que hemos citado tienen ventajas e inconvenientes. Pero ¿por qué no fusionarlos con el propósito de acentuar los pros y reducir los contras? Esto es exactamente lo que hace el modelo híbrido.
Por un lado, este sistema pone a disposición del alumno todos los recursos que necesita para completar su formación a través de plataformas virtuales. De este modo, puede acceder a ellos cuando los necesita sin importar dónde esté. Solo necesita una conexión a Internet.
También disfruta de una gran flexibilidad para organizar su tiempo de estudio. Sin embargo, sabe que, cada cierto tiempo (una o dos veces a la semana, por ejemplo), deberá acudir al aula. En ella entablará contacto con el profesor, quien podrá resolver todas sus dudas y guiarlo en el proceso para que obtenga los mejores resultados.
Dicho esto, queda de manifiesto que el modelo híbrido combina lo mejor de la enseñanza presencial y de la virtual. No es de extrañar que, en estos momentos, se haya convertido en la preferida de los alumnos.
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