El profesor de inglés Reg Revans acuñó el término “aprendizaje activo” hace casi un siglo, en la década de 1930.

Las metodologías activas no son una novedad en la educación. Pero fue con la llegada del siglo XXI que el aprendizaje basado en proyectos (ABP o PBL), por ejemplo, comenzó a ganar escala en los centros educativos e instituciones de educación superior de todo el mundo.

La expansión del ABP en varios países está vinculada principalmente a las demandas globales del mercado laboral de profesionales resilientes, creativos, autónomos, críticos e innovadores. Después de todo, aunque la transformación digital coloca muchas funciones técnicas a cargo de las máquinas, las habilidades socioemocionales humanas son insustituibles. Y ningún enfoque es más eficiente que las metodologías activas para desarrollar soft skills en los estudiantes.

Al mismo tiempo, los documentos y directrices encargados de determinar qué aprendizaje es fundamental en la formación de los jóvenes están cada vez más alineados con esta realidad. 

La propia trayectoria de DreamShaper muestra cómo ABP se ha convertido en una tendencia mundial. Con raíces en Brasil y Portugal, la empresa se apresuró a llevar sus soluciones ABP a 1.200 instituciones educativas en tres continentes. Hoy en día, más de 1.000 profesores y 310.000 estudiantes tienen acceso a las soluciones DreamShaper en países como España, Francia, Reino Unido, Emiratos Árabes, India, México, Colombia y Hungría.

España: Centro de Formación Padre Piquer y trabajo en equipo

España es otra fuente de inspiración para quienes quieren aplicar el Aprendizaje Basado en Proyectos. El Centro de Formación Padre Piquer, ubicado en un barrio de Madrid con alta vulnerabilidad social y económica, apuesta por esta metodología activa para poner al alumno en el centro del proceso de aprendizaje.

Entre los estudiantes de la institución, el 52% son inmigrantes de 38 nacionalidades diferentes. La coordinadora de formación del centro, Mónica Díaz-Masa Gutiérrez, dice que el trabajo en equipo es uno de los focos del trabajo con proyectos. «Trabajando en equipo, fomentamos la cooperación y la empatía», dijo en un webinar.

Los espacios del Centro Padre Piquer se han transformado en clases cooperativas y multidisciplinares. La evaluación se volvió formativa a través de retroalimentaciones. Además, el nuevo plan de estudios ha dejado de abordar las disciplinas por separado para agruparlas en áreas. La intención era dejar claro que el conocimiento no se puede ver de forma segmentada.

En algunos casos, incluso, las clases tienen hasta cuatro profesores al mismo tiempo. Comparten sus virtudes y formas de trabajar. El intercambio constante de información promueve la creatividad y una especie de formación continua entre los docentes, según Díaz-Masa.

“Trabajar con el aprendizaje basado en proyectos es una forma de que los estudiantes experimenten el hecho de que todo conocimiento tiene un fin. Es mucho más significativo, inclusivo, conectado con la vida y, sobre todo, compartido”, añade.

Portugal: Colégio Vasco da Gama y la formación global del alumno

En Portugal, el Colégio Vasco da Gama fue una de las instituciones que adoptó la herramienta DreamShaper. El profesor Vítor Girão Bastos utiliza el ABP en las clases de geografía de noveno grado (corresponde a 3 ESO en el sistema educativo español).

En 2020, el tema elegido para los proyectos fue “Pensar localmente, actuar racionalmente”. El objetivo fue hacer que los estudiantes observaran el entorno de la comunidad donde viven, encontrar aspectos que se puedan mejorar y presentar soluciones a los problemas. Para ello, los jóvenes debían tener en cuenta tres elementos del desarrollo sostenible: economía, medio ambiente y sociedad.

Trabajar con ABP le permitió a Bastos cumplir con los parámetros curriculares de la disciplina de Geografía y, al mismo tiempo, desarrollar competencias socioemocionales en sus alumnos. “Los casos de estudio encajan perfectamente con la idea de formar al estudiante como ciudadano a nivel mundial, desarrollando habilidades que no se limitan a la Geografía”, dijo el profesor en un webinar realizado por DreamShaper.

Entre las habilidades estimuladas durante los proyectos, Vítor Girão Bastos menciona la comunicación, la adaptabilidad, el pensamiento crítico y creativo, las relaciones interpersonales, la sensibilidad estética y artística, el conocimiento científico y tecnológico y el dominio de la investigación.

Uno de los estudiantes, por ejemplo, reflexionó sobre la falta de áreas verdes y de esparcimiento en su comunidad. Durante la construcción del proyecto, estudió y describió las características del lugar donde vive, identificó causas y consecuencias del problema, investigó iniciativas que resolvieron demandas similares y verificó si las fuentes de información utilizadas en el trabajo eran fiables.

Finalmente, el alumno escuchó la opinión de la comunidad sobre el tema y, por supuesto, propuso una solución al problema. En contacto con instituciones públicas locales, sugirió un área en las cercanías para la construcción de un espacio verde para el esparcimiento. La estimación es que el proyecto podría beneficiar a 3000 personas.

Sobre DreamShaper

Para disfrutar de lo mejor del ABP, conozca DreamShaper. DreamShaper es una herramienta digital especializada en Aprendizaje Basado en Proyectos. Proporciona a las escuelas y universidades proyectos predefinidos que incluyen auténticos desafíos, actividades y problemas en áreas como la investigación, el emprendimiento, la ciudadanía y el plan de vida, siempre con la posibilidad de personalizar el contenido a las necesidades del alumno. Además de ayudar al estudiante a desarrollar las habilidades más importantes del siglo XXI, DreamShaper le ahorra tiempo al profesor, que no necesita planificar los conceptos y aplicaciones de los proyectos. Al incluir metodologías listas para usar, DreamShaper permite que el docente se concentre en lo que más importa: el alumno.

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