Una investigación evalúa los impactos de la tecnología en la educación

Según una investigación de la consultora McKinsey, estudiantes y docentes quieren expandir el uso de tecnologías educativas en el mundo post pandemia.

El estudio, realizado a fines del año pasado, evaluó cómo la tecnología está transformando la educación superior.

Se entrevistaron a 634 profesores y 818 estudiantes de instituciones educativas públicas y privadas de Estados Unidos. Solo participaron docentes y estudiantes con alguna experiencia en tecnologías destacadas en el sector.

También se consultó a especialistas y profesionales de instituciones de educación superior involucrados en la toma de decisión sobre el uso de tecnologías educativas.

Respondieron preguntas sobre las siguientes etapas:

  • Experiencias con tecnología en el aula pre pandemia;
  • Experiencias con la tecnología desde el inicio de la pandemia;
  • Deseo de futuras experiencias de aprendizaje que involucren tecnología.

“Los educadores han adoptado tecnologías que permitieron una mayor interactividad y modelos híbridos de actividades en línea y presenciales. Descubrimos qué herramientas y enfoques han ganado la mayor aceptación, cómo los ven los estudiantes y los educadores, las barreras para una mayor adopción y qué impactos son visibles en el aprendizaje.»

Ocho recursos didácticos destacados

La investigación de McKinsey identificó ocho recursos didácticos y las tecnologías que destacan en la educación superior:

Interacciones en el aula: plataformas que permiten a los estudiantes hacer preguntas y comentarios, responder encuestas y participar en debates en tiempo real.

Ejercicios en el aula: plataformas que gamifican el aprendizaje, agregando diversión y competencia de bajo riesgo y fomentando la resolución de problemas durante las clases en línea.

Conectividad y desarrollo comunitario: plataformas que involucran a estudiantes, instructores y profesores en el aprendizaje comunitario; incluye aplicaciones que brindan acceso a materiales de aprendizaje las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Trabajo en equipo: plataformas que permiten la colaboración dentro y fuera del aula en proyectos, tareas y preparación de exámenes, además de compartir archivos de manera simplificada.

Realidad virtual y aumentada: recursos para la simulación interactiva e inmersiva en contenidos de los cursos, como laboratorios y visitas virtuales a lugares donde se ejerce la profesión.

Inteligencia artificial: software basado en la nube impulsado por inteligencia artificial que adapta el contenido al nivel de conocimiento y habilidades de los estudiantes.

Asistentes de enseñanza: también conocidos como chatbots, son máquinas que responden las preguntas de los estudiantes y explican el contenido del curso fuera de clase. Pueden crear, entregar y calificar tareas y exámenes automáticamente.

Monitoreo Estudiantil: Herramientas que brindan seguimiento del progreso académico, del dominio del contenido y del compromiso, con alertas e informes personalizados que identifican a los estudiantes en riesgo de deserción.

Todos los recursos mencionados anteriormente son tomados como positivos por parte de los estudiantes. Están especialmente entusiasmados con la posibilidad de hacer que el aprendizaje sea más divertido y eficiente mediante el uso de tecnologías educativas.

Tendencias y desafíos

El estudio también demuestra que ha habido un crecimiento del 19% en el uso general de estas tecnologías educativas desde el comienzo de la pandemia: las plataformas de interacción y el trabajo colaborativo tuvieron un mayor aumento. Además, más del 60% de los estudiantes dijeron que las tecnologías educativas mejoraron su aprendizaje y desempeño en el aula.

 Por otro lado, al menos la mitad de las instituciones de Enseñanza Superior entrevistadas aún no utiliza herramientas de realidad virtual e inteligencia artificial. Incluso en una implementación más lenta, los expertos consideran que la IA, por ejemplo, es una tendencia, ya que permite a los profesores personalizar los cursos, reduce la carga de trabajo y mejora la participación de los estudiantes.

Entre las principales barreras para implementar más tecnologías educativas se encuentran el desconocimiento de las herramientas disponibles y el alto costo. Además, los docentes necesitan recibir más apoyo técnico y capacitación en el área.

De cualquier manera, según McKinsey, el cambio hacia un aprendizaje más interactivo y diverso continuará en la educación superior posterior a la pandemia. La base de la transformación será la inversión para ampliar la oferta de programas online e híbridos.

“Covid-19 ha acelerado la necesidad de una nueva experiencia de aprendizaje en línea. Obligó a las instituciones a pensar cómo van a enseñar a partir de ahora y poner en el foco el aprendizaje híbrido”, dice uno de los expertos en educación superior entrevistados en la encuesta.

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