El uso de metodologías activas en la educación sin dudas es algo que resuena en los oídos de muchos, o casi todos, los docentes de hoy en día.
En los últimos años, se han demostrado sus beneficios y recompensas en todos los niveles educativos. Así como también, la necesidad de cambiar el modelo tradicional por un modelo más participativo.
¿Qué pasa con la educación superior?
En el contexto universitario prima la tradición junto con la calidad y la experiencia. Pero muchos profesores están en búsqueda de nuevos métodos para mejorar sus clases y romper con el esquema tradicional de enseñanza.
La clase magistral, que era de uso común en la educación superior, quiere ser reemplazada por modelos donde el estudiante sea el protagonista y el profesor sea su guía en el aprendizaje. No hay dudas que el contenido es algo primordial en la Universidad, ya que es el lugar para formar los profesionales del futuro, pero está comprobado que todo el conocimiento técnico y teórico debe ir acompañado de ciertas competencias que preparen al alumno en su camino profesional.
Es por esto que la forma de enseñar y aprender debe tomar un nuevo rumbo, para poder dar una respuesta acorde a las necesidades educativas actuales de los estudiantes universitarios.
Las nuevas estrategias educativas que quieren poner al alumno en el centro, promueven el uso de las metodologías activas, pero esto no quiere decir simplemente incorporar actividades aisladas que motiven la participación, sino cambiar todo el planteamiento de la clase y el rol del docente, dándole el protagonismo al estudiante, y dejándole al profesor la valiosa tarea de estar al servicio de su aprendizaje.
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es un método didáctico que involucra el aprendizaje de contenidos y el desarrollo de competencias clave como la autonomía, la resolución de problemas, el trabajo en equipo, pensamiento crítico, creatividad, conciencia social, entre otras. Se trata de que los estudiantes creen sus propios proyectos y guiados por sus profesores puedan ir descubriendo, investigando, seleccionando y organizando la información hasta conseguir su objetivo.
De esta forma el ABP, como guía del proceso, adquiere un papel muy importante, en especial para lograr favorecer el rol activo y el aprendizaje significativo, y también, generando un mayor desarrollo de competencias profesionales, las más demandadas actualmente por el mercado laboral.
Lo que suele suceder en el mundo universitario, es que muchos profesores encuentran poco tiempo para desarrollar este tipo de metodologías, o no encuentran una red de apoyo para hacerlo, ya que la planificación y la introducción de la innovación a las aulas requiere tiempo y dedicación, además de un esfuerzo extra.
Acompañar a los profesores en esa transformación y hacerla real, es la misión de Dreamshaper, para que la transición y la implementación sea sencilla y genere cambios reales en la experiencia educativa de los futuros profesionales que están formando, para que puedan responder adecuadamente a las demandas del ámbito social y profesional del siglo XXI.