Evidencias del aprendizaje y técnicas empleadas para recopilarlas

Las evidencias del aprendizaje son un conjunto de pruebas que demuestran que un proceso implementado está arrojando los resultados esperados.

En otras palabras, se trata de argumentos que confirman de manera fehaciente a los docentes y otros implicados que los alumnos, efectivamente, están aprendiendo y asimilando las teorías y conceptos expuestos en dicho proceso de enseñanza.

La recopilación y el análisis de estas evidencias tienen efectos muy positivos para las instituciones educativas, porque facilitan la evaluación de los contenidos, la planificación de los programas docentes y, en definitiva, la eficacia de las herramientas y métodos de enseñanza utilizados a lo largo del desarrollo de dichos procesos de aprendizaje.

Diferentes tipos de evidencias del aprendizaje

Para clasificar los diferentes tipos de evidencias del aprendizaje que podemos emplear para la consecución de nuestro objetivo, hemos de tener en cuenta una serie de criterios como la objetividad o la clase de preguntas que responden en relación con el aprendizaje de los estudiantes.

De este modo, has de saber que existen dos grupos: las evidencias directas y las indirectas.

Evidencias del aprendizaje directas

Son visibles, objetivas y tangibles. Muestran con exactitud qué es lo que están aprendiendo los estudiantes y qué es lo que no. Las evidencias del aprendizaje directas han de estar estandarizadas, de manera que sean fácilmente evaluables tanto por los profesores como por cualquier otra persona que esté implicada en el proceso de enseñanza.

Asimismo, sirven para obtener conclusiones muy claras y objetivas. Las principales evidencias del aprendizaje directas son las observaciones conductuales, las evaluaciones de ejecución, los registros de archivo, los simulacros de examen, informes, ensayos y otras muestras de trabajo del estudiante, defensas y presentaciones orales, proyectos finales o entrevistas de competencia.

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Evidencias del aprendizaje indirectas

Las evidencias del aprendizaje indirectas son las que no determinan con claridad cuánto y qué es lo que están aprendiendo los estudiantes. Es imprescindible evaluar los siguientes parámetros:

  • Reacción: Tiene que ver con la satisfacción del alumno con el proceso de enseñanza.
  • Aprendizaje: Se asocia a aquello que ha sacado en claro el alumno de su paso por dicho proceso.
  • Transferencia: Se relaciona con el uso de los contenidos aprendidos aplicados a otros contextos.
  • Resultados: Hace referencia al modo en que lo aprendido ha servido a los alumnos para la consecución de sus objetivos.

Estas evidencias indirectas se basan, sobre todo, en lo que el estudiante dice haber aprendido. Por esta razón, aunque tienen un alto grado de rigurosidad, estas evidencias no pueden ser completamente estandarizadas.

Destacan algunas, como las reflexiones, los grupos focales, las entrevistas personales, los cuestionarios de aprendizaje o las encuestas de satisfacción.

Técnicas para evaluar los aprendizajes

Son numerosos los factores que inciden de forma directa en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Entre los más destacados están la proporción entre alumnos y profesores por clase o centro educativo, el presupuesto invertido en los procesos de enseñanza o el equipamiento y la formación del profesorado.

Para evaluar dichos aprendizajes y obtener las evidencias que ya te hemos mencionado, existen varias técnicas que los responsables de impartir la formación pueden utilizar. Vamos a destacar, a continuación, algunas de las más empleadas y efectivas:

  • Observación: A lo largo del proceso de aprendizaje, el docente ha de constatar que el alumnado ha adquirido los conocimientos conceptuales y procedimentales fijados en el programa, así como valorar aspectos relacionados con su actitud académica y sus conductas. Para ello, tiene a su alcance instrumentos como guías de observación, registros anecdóticos, diarios de trabajo, escalas de actitudes, etcétera.
  • Análisis del desempeño: El propósito es obtener información de los alumnos en relación con la comprensión y asimilación de conceptos, así como su progreso a lo largo de todo el proceso. Se emplean herramientas como portafolios, proyectos, monografías, rúbricas, listas de cotejo o esquemas visuales.
  • Interrogatorio: Se asocia a la valoración de la comprensión, interpretación de argumentos, desarrollo de destrezas y habilidades y la adquisición de un aprendizaje cognoscitivo. Se emplean instrumentos de medición, como pruebas escritas y orales, debates, ensayos prácticos…

Una herramienta muy útil para recopilar estas evidencias de aprendizaje, que sirve de gran ayuda para construir proyectos basados en experiencias prácticas y motivadoras, es DreamShaper.

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