Pese a que está muy presente en el mundo empresarial, el ESG resulta de gran utilidad en el sector de la educación.

De hecho, las instituciones formativas que lo incorporan en su actividad ven como sus resultados mejoran. Ahora bien, antes de aplicarlo y aprovecharte de sus ventajas, debes conocer qué encierran esas tres letras.

¿Qué es el ESG?

Se trata de las siglas de environmental, social and governance (en inglés), o lo que es lo mismo, gestión ambiental, social y de gobierno corporativo. Su objetivo se centra en cómo las empresas gestionan el impacto que generan en estos tres ámbitos mencionados.

De este modo, evaluar su comportamiento en cada uno determinará si una compañía está siendo responsable y si está contribuyendo de manera positiva a su cumplimiento.

Los tres pilares se han convertido en indicadores empresariales de primer orden. No en vano, las compañías los tienen en cuenta a la hora de trazar planes estratégicos con los que ser socialmente responsables. Esto les lleva a sostener un compromiso sólido con la sociedad, tanto en general como en el ámbito local. Así, el impacto que generan pasa de ser negativo, si es el caso, a uno positivo.

Pese a que la ESG destaca en el ámbito empresarial, poco a poco se ha ido aplicando en otros. Este es el caso de la educación y no solo para formar a especialistas en la materia, como podrías creer.

Al fin y al cabo, las palabras detrás de las siglas son áreas esenciales relacionadas con las actividades humanas. Por tal motivo, se introduce tanto en colegios, institutos y otras instituciones formativas.

¿Por qué es tan importante para la educación?

Cada uno de los factores que se cubren son relevantes para el ser humano. Para empezar, ten en cuenta que sin el medio ambiente no existiría civilización alguna. Las industrias no podrían extraer recursos, la nutrición de las personas se vería severamente dañada y el planeta entero colapsaría. Por ello, cuidarlo, restituirlo si ha sufrido daño y protegerlo es muy necesario.

En cuanto a la sociedad, es un pilar fundamental para que los individuos se desarrollen, en especial, los de menor edad. Estas personas aún no comprenden del todo cómo relacionarse de manera saludable y sin generar conflictos.

Además, cada persona se integra en una comunidad, que puede ser más o menos grande y que va desde la familia a la localidad en la que habita.

El último es el gobierno corporativo o gestión económica. Quizás sea el más complicado de incluir en un aula, pero no por ello es menos interesante. Se trata de transmitir unos valores, como la honestidad o el trabajo en equipo, que serán de utilidad a la hora de dirigir una empresa o un ayuntamiento, por poner dos ejemplos. También es esencial enseñar lo que implica la responsabilidad y cómo esta es clave para el correcto desarrollo del ser humano.

Al integrar estos tres pilares en el aula, consigues que tus alumnos entiendan su relevancia y la forma adecuada de relacionarse con ellos. ¿Cómo se logra? A través de la transmisión de una serie de valores que puedan aplicar en el mundo real. Así, su impacto en la realidad será positivo y conseguirán prosperar.

¿Cómo integrar el ESG en el aula?

Dada su importancia, hay que trazar una estrategia adecuada para integrarlos en el aula. Esta tiene que contar con todos los profesores de cada asignatura, así como con los padres y la propia comunidad. De este modo, integrarás los diferentes aspectos de la ESG en un plan coherente que se completará con actividades capaces de generar impactos en los tres puntos.

Por ejemplo, efectuar un proyecto en el que los alumnos tenga que cooperar para cumplir con una serie de objetivos. Estos podrían girar en torno a desarrollar medidas para cuidar el medio ambiente. Así, la actividad les permitirá aplicar los tres pilares, puesto que deben trabajar juntos (sociedad) para proteger el entorno a través de una buena gestión del tiempo y, a su vez, alcanzar las metas propuestas.

En conclusión, la ESG tiene un papel significativo en la educación, además del mundo empresarial. Gracias a ella, transmitir valores positivos y útiles a las próximas generaciones se convierte en una realidad.