El Aprendizaje Basado en Proyectos es el guion de la aventura de aprender

Vivimos épocas de interés por las metodologías activas y esto es una buena noticia.

El ABP ha dejado de ser un excéntrico marco de enseñanza para convertirse en la joya de la corona de las reformas educativas, algo que muchos celebran y otros miran con escepticismo pensando que será una moda pasajera. Ambos tienen razón.

Las últimas décadas las he dedicado a experimentar con el Aprendizaje Basado en Proyectos y lo que he aprendido es que no todos los proyectos que se desarrollan en las escuelas tienen capacidad de cambiarlas. Solo me interesan los que viajan en esta dirección.

Un proyecto debe servir para flexibilizar los espacios educativos e interrelacionar el tiempo que el alumnado está en la escuela con el que vive en sus casas y sus barrios o pueblos. Debe servir para demostrar que el aprendizaje se produce mejor colectivamente y las herramientas cooperativas son elementos indispensables.

También que cada alumno aprende estratégicamente de forma distinta y es en la relación como se nutren las experiencias de aprendizaje que diseñamos para ellos y ellas.

También que la acción forma parte del acto de aprender (learning by doing), que aprender debe ser algo que genera esfuerzo, pero también placer (gamificación). La importancia de las emociones -entre otras- en el aprendizaje (neuroeducación). La evaluación es un ejercicio de reflexión sobre lo aprendido y no un acto de etiquetado (evaluación auténtica), etc.

dreamshaper aprendizaje basado en proyectos

Todas ellas son tenidas en cuenta en un buen diseño de ABP, pero hay una que singulariza especialmente el enfoque de proyectos y es su capacidad para hacer que el currículo escolar hable del alumno y no al revés.

La enseñanza tradicional describe un aburrido modelo en el que son los alumnos los que hablan de los contenidos. Ellos memorizan -o incorporan rutinas- que nada dicen de sus vidas y luego los reproducen en un examen con la esperanza de ser etiquetados con un aprobado (al menos).

El juego del ABP consiste en dar la vuelta a este concepto e invitar a los docentes a que se interroguen ¿dónde puede ver, tocar, oler, usar… mi alumno; los contenidos que quiero trabajar en este momento? De esta manera el currículo habla del alumno -y no al revés-.

Es por esta razón por la que el alumno se suma entusiasmado a un proyecto. Cuando no lo hace es que el contenido que hemos planteado no está presente con sus vidas. En este caso debemos volver a la pregunta anterior y conectar con las vidas reales, mediáticas, imaginarias y/o virtuales de nuestros alumnos y alumnas.

Para que eso suceda el ABP no puede ser visto -únicamente- como un conjunto estático de pasos a seguir. Las recetas son necesarias, pero no suficientes para asegurar el diseño de un proyecto. Lo relevante es que la lógica estructural del mismo reúna unos requisitos determinados que conviertan al aprendiz en el protagonista de una aventura; la aventura de aprender.

Para ello diseñamos un detonante que les invita a iniciar un periplo en el que se relacionan, investigan, idean, debaten, prototipan, actúan, etc. En definitiva: aprenden.

McKee nos decía -en relación con la elaboración de guiones cinematográficos- que cuando un espectador se enfrenta a una buena película cree que va a presenciar el periplo de un héroe.

Sin embargo, lo que el espectador ve es así mismo en la piel del personaje del film. Por eso llora, ríe, sueña, se muestra de acuerdo o no con lo que ve y aprende. Aprende de historias fantásticas o cercanas; todas hablan de su propia vida.

Las buenas aventuras hablan de cada uno de los que las habitan; de sus deseos, principios, interrogantes, modelos de relación, etc. Con todo ello se construye una aventura.

Los buenos proyectos también, para hacerlo es necesario atender a una correcta lógica estructural en su diseño: la fuerza del relato en el aprendizaje basado en proyectos. La buena noticia es que sabemos mucho de cómo construir historias bien contadas.

 

(*) Juan José Vergara es autor -entre otros- de los libros “Aprendo porque quiero. El aprendizaje basado en proyectos paso a paso”, “Narrar el aprendizaje. La fuerza del relato en el aprendizaje baso a paso” y “Un aula un proyecto. El ABP y la nueva educación a partir de 2020”

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