Comprender y valorar sus propias diferencias competitivas siempre ha sido fundamental para los jóvenes y adultos que buscan trabajo.
Hasta hace poco tiempo, la educación superior solía ser decisiva. Hoy es necesario ir más allá. Las empresas quieren personas dinámicas, con habilidades tanto técnicas como socioemocionales, las llamadas soft skills.
En medio de las incertidumbres provocadas por la transformación digital, varios estudios publicados en los últimos años arrojan luz sobre el perfil del profesional del futuro. Uno de ellos, el informe El futuro del empleo, del Foro Económico Mundial, dejó claras algunas de las habilidades más importantes: innovación, creatividad, resolución de problemas complejos, pensamiento crítico y analítico, originalidad e iniciativa.
Aparentemente, mucha gente ya se ha dado cuenta de esto. Desde 2010, la creatividad, por ejemplo, aparece entre las diez palabras más utilizadas en los perfiles de LinkedIn. Desde el punto de vista institucional, la educación superior – e incluso el bachillerato – experimenta cambios curriculares que indican una adaptación a las necesidades del siglo XXI.
ABP y soft skills
El principal impacto del ABP es el desarrollo de soft skills. Los especialistas en educación desde la educación primaria hasta la superior fueron unánimes en su entendimiento de que el despertar de las habilidades socioemocionales es un vacío a llenar en la educación del alumnado actual. Otro consenso se refiere al mejor método para conseguirlo: el aprendizaje basado en proyectos.
La diferencia entre ABP y la enseñanza expositiva y tradicional radica en la autonomía que se le otorga al alumno. Esto se debe a que la pura y simple transmisión de contenidos del profesor al alumno no exige acciones de búsqueda ni proactividad. Por otro lado, la investigación y la resolución de problemas inherentes al ABP sitúan al alumno en el rol protagonista, favoreciendo características que incluyen la iniciativa y la creatividad.
Aquellos que tengan la oportunidad de aprender por proyectos, por tanto, tendrán más posibilidades en un mercado laboral ávido de profesionales con soft skills.
Empleabilidad a largo plazo
Desde la década de 1990, el concepto de mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) ha ganado relevancia. En definitiva, las siglas hacen referencia a las constantes transformaciones que ha sufrido la sociedad desde entonces. Es una definición perfecta para el mundo laboral actual. De hecho: el momento en que los graduados de educación superior hayan pasado por seis carreras a lo largo de sus vidas no está muy lejos, según académicos de la Universidad de Singapur, mundialmente conocida por su vertical de aprendizaje permanente.
En este escenario, las instituciones educativas que adopten el ABP estarán garantizando más que la empleabilidad inmediata. Al colocar a personas que están acostumbradas a reinventarse en el mercado laboral, aseguran la empleabilidad a largo plazo del alumnado.
Por estas y otras razones, aprender por proyectos es la mejor opción para encontrar espacio en un mercado laboral tan competitivo como el del siglo XXI.
Sobre DreamShaper
DreamShaper es una herramienta digital especializada en Aprendizaje Basado en Proyectos. Proporciona a los centros escolares y universidades proyectos predefinidos que incluyen auténticos desafíos, actividades y problemas en áreas como la investigación, el emprendimiento, la ciudadanía y la carrera, siempre con la posibilidad de personalizar el contenido a las necesidades del alumnado. Además de ayudar al alumno a desarrollar las habilidades más importantes del siglo XXI, DreamShaper le ahorra tiempo al profesor, que no necesita planificar los conceptos y aplicaciones de los proyectos. Al incluir metodologías listas para usar, DreamShaper permite que el profesorado se concentre en lo que más importa: el alumno.
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